Hoy se nos ha dado una charla sobre el tema de la inclusión social. En primer lugar, quiero adjuntar una definición sobre el término "inclusión social" extraída del ABC:
"La inclusión social significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, de su actividad, de su condición socio-económica o de su pensamiento"
Gran parte del colectivo de presos (personas privadas de su libertad) son extranjeros. Además, hemos de tener en cuenta que la cárcel no es un sitio aparte de la sociedad, a pesar de que la ocultemos porque claro, es feo castigar, como bien decía Foucault.
Las prisiones han surgido con una doble finalidad: medida de regularización social, pero también a causa del incremento de la punibilidad, es decir, el control simbólico que se da sobre las personas, mayormente arraigado a las numerosas reformas del código penal que van privando de libertades a la población pasito a pasito.
Entre los curiosos datos que se nos ofrecieron en aula sobre estadísticas referidas al tema de la prisión, quiero destacar las siguientes:
- El 85% de los presos son pobres hijos de pobres.
- Ser universitario reduce 12 veces la posibilidad de ir a la cárcel.
- El 10% de los internos ha cometido delitos graves.
- Pertenecer a la etnia gitana, vivir en la periferia, etc... se asocia con la delincuencia.
- El 40% de los internos pierden todos sus anclajes y se encuentran solos.
- Se produjeron, a lo largo de 2015, 24 suicidios (22 hombres y 2 mujeres) todos ellos por ahorcamiento. Además de 40 muertes por sobredosis ¿quién nos dice que no fueran intencionadas?
El fin del proceso de inclusión social tiene lugar en las cárceles. Estas tienen un fin resocializador. Sin embargo, la situación de aquellos que han pasado por ella cambiará sus vidas, pues las prisiones están tan estigmatizadas, que se han convertido en un tabú en nuestra sociedad.
"La cárcel nos condena a una vida sin futuro por nuestro pasado"
(Un preso)
A fecha de marzo de 2016 había en España 66.000 presos, lo que implica a más de medio millón de personas en conflicto con la ley teniendo en cuenta los círculos sociales de estos.
Tenemos que tener en cuenta que la pérdida de libertad de una persona es, en esencia, la pérdida del porqué de su vida. Lo que es más, asociamos las prisiones a aquellos sitios donde la sociedad almacena a los problemáticos. Pero, ¿se tiene en cuenta las circunstancias que les han llevado a delinquir? Aunque obviamente, hay delitos que no puedan ser justificados. Por ejemplo, 28.000 del total de presos en España son enfermos mentales. Se deberían buscar alternativas que faciliten la rehabilitación de estas personas. Para ejemplificar esto, se nos contó en el aula un suceso real: un hombre lleva en la cárcel ya 13 años, dos cuartos del total de su pena. Su delito: matar a un policía cuando amenazaba con suicidarse gritando que quería ver un psiquiatra. Durante el periodo de tiempo que lleva encarcelado, sólo ha visto 3 veces a un psicólogo. ¿Es esto lógico si se persigue la rehabilitación de las personas?
La Fundación Manantial ha creado un vídeo sobre este tema que adjunto a continuación.
"Fuera de Lugar" Fundación Manantial.
Asimismo, se nos ha planteado que la sociedad debe hacer labores preventivas en aquellos campos que sabemos que pueden llegar a delito. Por ejemplo, la actual presidenta de Madrid, Manuela Carmena, aboga por modelos de reparación distintos a la cárcel.
En definitiva, la cárcel es una ciudad dentro y fuera de la verdadera ciudad. Tenemos una responsabilidad social como individuos frente al maniqueísmo, es decir, esto es bueno o es malo, pues en todo el proceso presidiario conviven ambas.
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