Hoy se ha visionado en el aula un
capítulo del premiado documentario “Children Full of Life”. En este breve video
que adjunto a continuación, se presenta un día de clase en el colegio de primaria
de Kanazawa, al noroeste de Tokyo con el profesor Toshiro Kanamori.
“We
only have one life. So let´s really enjoy it” (Solo tenemos
una vida, así que disfrutémosla) Toshiro Kanamori.
Las
clases de este carismático profesor comienzan con la pregunta: ¿Qué es la cosa
más importante de este año? ¿Para qué estamos aquí? – ser felices. Es curioso
que un profesor comience un nuevo año escolar con la finalidad de enseñar a sus
alumnos como vivir una vida feliz, pues estamos acostumbrados a la alfabetización
actual, en la que priman los contenidos y no los sentimientos.
Existe una tradición en las clases
del profesor Toshiro Kanamori: los niños tendrán que leer sus “notebooks
letters”, libros diario en los que los alumnos escriben su día a día, plasmando
sus sentimientos y emociones. En el día que representa el vídeo,
un suceso trágico ha tenido lugar, el
abuelo de uno de los niños ha muerto, de modo que este alumno lee acerca de la
muerte, el funeral y sus sentimientos en aquel momento. Esto sirve a los alumnos
para empatizar con él, moverse en sus propias sensaciones y sentirse lo
suficientemente seguros como para hablar de sus sentimientos al resto de la
clase.
La máxima de este profesor es
curiosa: “Let people live in your heart”
(permite a la gente vivir en tu corazón). Para él no hay un límite de personas
que puedan vivir en el corazón, y desde el momento en el que escuchas de veras
a alguien, este vivirá por siempre en él. Sin embargo, es aquí donde
pueden encontrarse discrepancias: ¿debería un profesor interesarse por la vida
privada de sus alumnos? ¿entra dentro de su trabajo el preocuparse por los
problemas personales de aquellos a los que educa?
En mi opinión, creo que su trabajo no
solo debería consistir en la implantación de conocimientos, sino también en
tener una función social educadora dentro de las aulas. De este modo, cuanto
más profundice un profesor en conocer a sus alumnos, más sencillo le será
llegar a comprenderlos. De hecho, los pocos profesores que los alumnos son
capaces de recordar, y me incluyo personalmente, son aquellos que o bien les
hicieron el curso imposible , o por el contrario, les apoyaron y escucharon. Sin
embargo, ha de remarcarse que llegar a tal estadio es un proceso complejo,
debido al gran número de alumnos que puede llegar a tener un profesor. Asimismo,
creo que sería necesario, no solo implicarse en su vida fuera del recinto
escolar, sino también dentro, a fin de
poder conocer las relaciones entre alumnos y poder evitar males mayores a
futuro, como es el caso del acoso escolar.
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