jueves, 25 de febrero de 2016

LAS ESCUELAS MATAN LA CREATIVIDAD


Hoy se ha visionado en el aula una de las conferencias del evento anual TED, al que algunos de los pensadores y emprendedores más importantes del mundo están invitados a compartir lo que más les apasiona. Nos encontramos frente la charla de Ken Robinson, educador, escritor y conferencista británico: “Las escuelas matan la creatividad”, que adjunto a continuación. 



Entendiendo creatividad como “el proceso de tener ideas originales que tengan valor”, Ken Robinson sostiene que la evidencia de la creatividad humana es extraordinaria desde el momento en el que nacemos. El problema es que malgastamos ese talento dando mayor importancia a la alfabetización que a la creatividad en la enseñanza. Además, otro de los problemas de la enseñanza es el paso del tiempo: se nos educa para ser alguien en un  futuro, cuando no se sabe nada sobre él, curioso. 
Por otra parte, otro de los cánones establecidos en nuestro sistema educativo es el de que las equivocaciones están mal valoradas. Al igual que sostiene Paulo Freire, la alfabetización debería servir para concientizar, es decir, un modelo de “ensayo y error”, en el que equivocarse valga lo mismo que acertar.  Si no estás dispuesto a estar equivocado, será imposible que des con algo creativo.  A los niños no les importa confundirse, les basta con intentarlo. Desgraciadamente, cuando llegamos a adultos perdemos esa capacidad, adquiriendo miedo a errar.
He encontrado un vídeo interesante de la última campaña de Palacios, que muestra esas diferencias entre los adultos y los niños: “Cuando somos pequeños, somos 100% naturales, no ponemos filtros a nuestras respuestas y decimos siempre lo que pensamos. Con el paso del tiempo, a veces perdemos esa naturalidad”





Por tanto, el sistema educativo actual está teniendo como resultado la eliminación de la creatividad de la educación. Ha de remarcarse que no es, en este caso, el sistema educativo español el único que desvalora la creatividad, sino que todos los sistemas poseen la misma jerarquía en cuanto a materias: primero las matemáticas y los idiomas, seguido de las humanidades, y en último lugar, las artes.
Deberíamos preguntarnos todos porque no se valora con la misma importancia las matemáticas que el arte, ya que a muchos nos habrán dicho en casa cuando llegábamos con las notas que gimnasia, plástica o música que no eran asignaturas tan importantes como el resto, que no conseguiríamos llegar a nada con ellas.  Ken Robinson propone como respuesta que el propósito de nuestro sistema educativo radica en la obtención de resultados, el triunfo, de modo que las materias más útiles para el trabajo estarán en la parte superior. 
Se va a basar la inteligencia en la idea de la habilidad académica. Sin embargo, las notas obtenidas en el colegio no resumirán la inteligencia del alumno, simplemente que habrá entrado en la rueda actual del sistema educativo.


Como conclusión, nuestra única esperanza para el futuro es adoptar una nueva concepción sobre la riqueza de la capacidad humana, es decir, ver nuestras capacidades creativas como el tesoro que son y no desperdiciarlas. Se debería buscar un sistema educativo que nutra nuestra creatividad, en vez de socavarla. De este modo, Ken Robinson rompe con los paradigmas de lo que a día de hoy es la educación. 

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