Se considera publicidad subliminal todo aquel mensaje audiovisual que se emite por debajo del umbral de percepción consciente y que incita a su receptor a realizar determinada acción (consumir un producto o marca; sentir algún tipo de sensación, ya sea placentera o repulsiva; o incitar alguna necesidad: sed, hambre, terror, deseo, etc.). También es aplicable a aquellos mensajes visuales que contienen información que no se puede observar a simple vista.
En el caso de las imágenes en movimiento, el ser
humano no es capaz de percibir de manera consciente cada una de las que se
proyectan sobre una pantalla a una cadencia de más de 14 imágenes por segundo.
Sin embargo, el cerebro sí que es capaz de percibirlas, de tal manera que
cualquier mensaje que se inserte por este método puede ser percibido de forma
subconsciente.
El primer caso de publicidad subliminal fue el
supuesto experimento realizado en 1957 en Estados Unidos por James Vicary. Consistió
en incluir uno o dos fotogramas por minuto con la marca que se deseaba
publicitar (algunas fuentes indican que dicha marca fue Coca Cola, otras que
fue una firma local de palomitas, y otras, finalmente, afirman que eran ambas a
la vez). Supuestamente, estos fotogramas, imposibles de ver a simple vista,
provocaron un incremento en la venta de refrescos Coca-Cola de un 18% y un 58%
en la venta de palomitas. Sin embargo, en
1962, Vicary fue entrevistado por la revista Advertising Age para la que
declaró que el experimento había sido en realidad un montaje.
De cualquier modo, es difícil determinar el grado de
influencia que ejerce la publicidad subliminal en el individuo, pero lo que sí
está claro es que se trata de un intento de manipulación.
Los objetivos que busca este tipo de publicidad
consisten en que a partir de la percepción inconsciente de un estímulo, se
genere una respuesta en nuestros sentidos de forma visual o auditiva. De este
modo, se conseguirá influir en la conducta de los consumidores y crearles una
necesidad.
El erotismo, la sensualidad y la desnudez forman parte del catálogo de recursos que los publicistas utilizan para captar la atención y estimular la compra, ya que los impulsos sexuales son naturales y primitivos, de modo que si se logran despertar, llevan a los espectadores a moverse hacia aquello que asocian con la satisfacción sexual. Según los expertos, las imágenes sexuales subliminales producen una poderosa estimulación cerebral. De este modo, a continuación se adjunta un vídeo que ejemplifica lo que se ha estado tratando.
Aunque no es solo en la publicidad donde pueden
encontrarse este tipo de contenidos subliminales. A continuación adjunto un curioso vídeo sobre contenidos eróticos encontrados en las películas Disney.
No hay comentarios:
Publicar un comentario